miércoles, 11 de diciembre de 2013

Los Renglones Torcidos de Dios


**Esta Historia no es de mi autoria, mas si de mi grata envidia, fue escrita por mi papá en el 2010, espero la disfruten**


Llevamos meses preparando el viaje a Clipperton, hemos leído todos los libros, revisado en youtube todo el material disponible, hemos negociado con la familia los quince días de vacaciones y hecho todo tipo de arreglos para disponer de los quince días necesarios para el viaje… Clipperton llena de leyendas, historias trágicas y lugar de mil aventuras, naufragios y encuentros se yergue solitaria en la mitad del pacifico y nuestro corazón de aventureros está ansioso por conocerla.
Faltan solo tres dias para el viaje que parte de Los cabos, tenemos ya todos el equipo de buceo empacado, las pocas cosas que llevaremos con nosotros y sobre todo, muchas ganas de hacer el viaje, de pronto nos llega la noticia de que Enrique, nuestro anfitrión esta enfermo, los rumores van desde un susto de presión hasta un infarto.
El grupo entra en choque, no sabemos si se realizara el viaje, después de algunos mails confusos, nos manda Enrique un mail.. salió bien de los exámenes, pero el medico le pide que el viaje se detenga por unos dias, el no llegara a los cabos el dia planeado, nos alcanzara en la paz el lunes siguente, asi que un poco inquietos nos vamos a los cabos con cierta incertidumbre, creemos que todo esta bien, pero no tenemos seguridad de ello.
Llegamos a los cabos a El Regalo, el fabuloso Yate que se ha convertido de alguna manera en algo nuestro, sabemos que es de Enrique, pero su generosidad nos ha hecho sentirnos un poco dueños, su tripulación generosa y amable nos recibe y los amigos de tantas travesías comenzamos a juntarnos, hay como siempre algún nuevo invitado y procedemos a realizar los trámites para avituallar el barco de víveres y de todo lo necesario.
Las noticas se confirman ahí, Enrique esta bien, pero no viajaremos a Clipperton, ni a las Revillagigedo, el viaje lo haremos en el mar de Cortez para estar listos para cualquier eventualidad medica, cerca de ayuda medica, contamos con un medico a bordo, amigo de Enrique y de su familia, eso nos da seguridad para continuar el viaje.
Por la noche antes de marchar el medico se presenta con un amigo de el que vive en Los Cabos, es como la mayoría del grupo de Culiacán  pero lleva tiempo trabajando y viviendo en Cabo, el tiene que ir a la Paz y se le invita a venirse en el barco, el acepta gustoso de compartir la travesía por mar, el como casi todos a bordo, es buzo, pescador y enamorado de la naturaleza.
Zarpamos de la marina de los Cabos y el mal tiempo se da a conocer, fuertes vientos levantan murallas de agua, olas de tres metros nos acompañan toda la noche, al dia siguiente, los rostros pálidos y lavados son testigos de la mala noche, las pastillas para el mareo, las aguas minerales y los consejos que van desde morder el ancla hasta rezar diez avemarías continúan a lo largo del dia. Algunos compañeros están en sus camarotes casi muertos por la nausea y las molestias. 


El dia continua asi, el mar encabritado no da tregua, pero la mayoría vencemos las molestias y hacemos vida a bordo, comemos y tomamos cerveza mientras que conversamos de mil aventuras, unas ciertas y otras no tanto. Jorge, el pasajero que no estaba en el viaje inicial es víctima del mareo, el no se puede integrar al grupo, las molestias de todo el dia lo tienen un poco aislado, va viendo el mar para  relajarse un poco, de pronto dice en voz suave…  “me parece ver algo”; todos pensamos en un picudo, una ballena o delfines, pero el dice.. “creo ver unos brazos pidiendo ayuda”
Nos levantamos todos de la mesa y comenzamos a mirar a lo lejos, estamos en un punto que forma un canal entre el tecolote en la baja y la isla del espíritu santo, las olas son enormes y el mar esta encabritado, nos faltan unas horas para llegar a la Paz.  De pronto vemos con claridad dos puntitos perdidos en las olas, los vemos solo por segundos, pues las grandes olas los borran, pero damos la voz de alarma y el capitán gira el barco, no dirigimos hacia ese punto remoto y poco a poco vemos claramente flotando en el agua a dos personas, al principio confusamente, pero entre mas nos acercamos mas detalles aparecen, son dos claramente identificables creemos que son hombre y mujer.

El agua esta fría y el viento muy fuerte, comentamos que ojala traigan trajes térmicos, al principio pensamos que son dos buzos a los que la corriente llevo a garete, pero al llegar cerca de ellos vemos que no tienen proteccion contra el mal tiempo, son un hombre y una mujer y hacen señas desesperadamente, agitan los brazos y les gritamos nosotros también que pronto estaremos con ellos. 


El barco hace una maniobra de giro para acercarse a ellos, mete reversa y grandes olas brincan por la popa y nos mojan, buscamos el salvavidas de abordo, le ponemos una cuerda y lo tiramos al mar, la maniobra es peligrosa, grandes olas barren la plataforma, corremos el peligro de caer al agua y el barco por momentos se levanta a una gran altura y corre el riesgo de caer sobre los náufragos, ellos toman el salvavidas y los jalamos a la lancha, el primer intento falla, la ola nos los quita de las manos, pero ellos siguen aferrados al salvavidas, nos damos cuenta que en su desesperación han soltado los salvavidas sobre los que flotaban sin traerlos puestos, eso los deja a merced de nuestra pericia para  rescatarlos, el siguiente intento es exitoso, logramos subir a la mujer, inmediatamente los compañeros la llevan a bordo, esta pálida, temblorosa y llorando, volvemos a lanzar el salvavidas y el hombre lo atrapa, esperamos la siguiente ola favorable y lo jalamos hacia el barco, ahora tenemos a los dos a bordo.

Comienzan a decir en ingles, “estamos vivos, estamos vivos” La conmoción a bordo es mayúscula, todos estamos emocionados, fue un evento que rara vez se vive, rescatar en plena tormenta unos náufragos, los rodeamos y los llevamos hacie dentro del barco, les damos toallas para secarlos y el medico les toma la presión, revisa sus signos vitales y ve que salvo por el susto, le hipotermia el agua salada que han tomado están bien. 

Ellos nos cuentan su historia, son pasajeros de un crucero holandés, en su día libre en la paz, fueron hasta el tecolote, rentaron un kayak y se les hizo fácil hacer la travesía hasta la isla del espíritu santo, en medio del canal, los sorprendió el mal tiempo, aguantaron las olas durante un tiempo pero en un descuido los volteo una ola, perdieron remos y ya nunca pudieron dar la vuelta al bote, las olas se los regresaban una y otra vez, duraron en el agua fría cinco interminables horas, los escasos barcos que pasaban no los veian y dicen que un velero que paso al que le hicieron señas no los quiso recoger, nosotros pensamos que en realidad no los vieron, ver dos cabecitas en el mar tormentoso es casi imposible.
Nos cuentan que rezaron interminablemente, que el miedo les fue ganando y que ya se daban por muertos, no faltaba mucho para la noche y la corriente los llevaba mar adentro, nos daban las gracias entre sollozos y llanto. No dejaban de decir, estamos vivos.



Todo el grupo les dio muestras de apoyo y aliento, algunos les prepararon bebida caliente, otros fueron por cobijas, otro mas les apoyo con terapia de contacto,
todos formamos por un momento una burbuja de protección para ellos.
El capitán se comunico con la capitanía de puerto para notificar el hallazgo y la instrucción fue que los dejáramos en el puerto donde esta atracado el Crucero de origen holandés.
Ya mas calmados les dimos de comer unos taquitos de camarón deliciosos que les preparo Edgar el chef de abordo, el hombre los comió con verdadero apetito y gusto, era el sabor de la vida recién recobrada, ella no podía comer mucho, nos decía que había tragado mucha agua salada, pero al cabo de un rato logro comer algo.
Se bañaron, se les presto ropa seca y en poco tiempo su aspecto humano se había restablecido, comenzamos a conversar con ellos y supimos algo de sus vidas, radicaban en Phoenix, ella era Canadiense, el norteamericano, vivían juntos desde hacía poco tiempo y era su viaje soñado por las islas de la baja. Ya mas calmados les dije, en español hay un dicho que dice, “Dios escribe derecho con renglones torcidos” ustedes se salvaron gracias a los renglones torcidos de Dios.

Este Barco no debería estar aquí, debería de ir Camino a las Clipperton, La persona que los vio, no debería estar en el barco, el de casualidad subió de los cabos a la Paz y solo los vio por el mareo que tenia que no lo dejaba integrarse al grupo, todas las circunstancias podrían parecer casualidades y coincidencias, pero visto desde otro plano, la enfermedad de Enrique que resulto nada, cambio las circunstancias que generaron su salvamento,
aparentemente nada sucede sin una razón, asi que les dije, por alguna razón su vida fue salvada y nosotros fuimos los instrumentos, vean su vida como un regalo que les hizo el poder superior, por algo fueron escogidos para ser salvados.
Dona que era el nombre de ella se sonrio, le tome la mano y entendí un poco las leyes que rigen el universo. Despues de algunas horas llegamos a La Paz, ahí encontramos anclado al enorme buque en que seguirían su viaje,  nos despedimos con gran emotividad, intercambiamos direcciones, mails y abrazos, algunos de los compañeros tenían los ojos acuosos, otros sonrientes ante la buena fortuna
Creemos que de todas las pescas del regalo, esta permanecerá por siempre como el mejor trofeo que hemos podido conseguir. 







Un año despues si lograron ir a clipperton y aqui los videos:




lunes, 9 de diciembre de 2013

Y al Final, Soy un Pendejo de mi Pequeña Ciudad

Quiero empezar a contarles como fue el día de mi graduación de la universidad:




-    Presentador: “y con premio de excelencia, ayuda humanitaria, logro académico y desarrollo estudiantil : Juan Pérez “
Y en eso pasa Juan Pérez a recibir su diploma entre una serie de gritos y vitoreos, lo abraza Rangel y casi se suelta a llorar
-         Presentador: “Joaquin Corella”
En eso paso a recoger mi diploma entre un silencio total y hasta me pareció ver una zarigüeya asomarse de su nido, pasan los segundos incomodos y se vuelve a escuchar
-         Presentador: “Y con premio Summa Cum Laden, campeón nacional en natación y novio del año: Pedro Rodríguez”
Otra vez los aplausos y gritos vuelven a llenar la cancha de básquet donde se entregaban los diplomas

Primera Parte

Pero eso no fue hace mucho (3 años), pero toda mi vida fue algo parecido, en mi kínder quisieron que volviera a hacer el tercer año para entrar a la primaria, que no estaba lo suficientemente preparado para entrar a la siguiente etapa, pero mi madre fue más inteligente y me metió al Regis, donde con el gran número de alumnos no hubo problema alguno para que entrara.

La primara, ¡qué tiempos aquellos!, cuando mi única preocupación, era tener el siguiente Tazo de los Looney Toons, ver el capítulo de los caballeros del zodiaco o salir en patines esa tarde. Con pocos recuerdos de aquella época, más que de grandes amigos y muchas sonrisas, fui pasando de año, nunca en cuadro de honor o reconocimiento de excelencia. Estuve cerca de repetir el quinto año y así de una vez quedarme en la generación de abajo.

Por razón mágica, los primeros recuerdos que tengo son los de secundaria, por alguna razón que todavía desconozco, yo formaba parte del club de los sábados. Aquel club selecto, solo un puñado de alumnos, escogidos directamente por el temido Hermano Manuel, que tenían la grandiosa responsabilidad de limpiar la escuela, este honor solamente era otorgado a aquellos alumnos que demostraban alguna pequeña indisciplina en el salón, o bueno tampoco tan pequeña (y por eso me pregunto ¿qué hacía yo ahí?, tendríamos que preguntarle Evelia o algún profesor de aquella época, seguro alguno me recuerda), para no hacer el cuento más largo, ese año me vi en la posición de tener que cambiar de escuela (después de haber reprobado todas las materias).

Tras un gran esfuerzo de mi Inmaculada madre, logre entrar en aquella escuela de educación más personalizada, con la excusa de que si era inteligente, simplemente el Regis era el que estaba mal con su sistema de educación masivo y de poca atención personalizada. Dure no más de tres meses en esa escuela y para el cuarto ya estaba viviendo en la comunidad rural de Los Horcones, entre Skinner y Froyd conoci a Walden 2. Dejen me decirles que a veces veo en aquel adolescente de 13 años saliendo de su casa, para irse a vivir, por su cuenta, a una comunidad y veo a mi madre preocupada y siento que es otra vida, eso no me paso a mí, eso yo lo leí, me digo constantemente, yo no fui aquel que abandono la casa y se fue a vivir a otro lugar, ese fue Tom Sawyer buscando aventuras con Huckleberry Finn.

Pero aquí es donde comienza mi historia: Solamente viví ahí unos cuatro o seis meses, no lo recuerdo bien, pero algo cambio en mi forma de pensar, algo cambio en mi núcleo y en mí ser. Ese enojo y esa rebeldía se fueron cambiando por un amor a los libros y la poesía. Me devoraba libros y me escuchaba antologías de trovadores. Entre panfletos, oleos de mujeres con sombreros y metamorfosis fui descubriendo una parte de mí, que se iba volviendo diferente, un cambio en prioridades y en formas de ver la vida. Claro con los años siguieron cambiando, gracias a dios (¿Quién quiere ser el mismo que cuando tiene 14?), pero como de costumbre me harte, no pude más y volví a casa.

Bajo suplicas y acuerdos me dejaron terminar el año escolar en esa pequeña escuela, voy una semana y decido mandar todo a la chingada y me voy de mesero, a ganar el salario mínimo más un par de propinas. Quería empezar de nuevo y justo donde lo había dejado.

Segunda Parte

Volví al Regis y mi vida fue cambiando de nuevo; Los compañeros de clases eran diferentes y ahora mi amigos estaban un año arriba que yo, con un poco de vergüenza de ahora estar entre los más chicos, poco a poco fui cambiando de amigos, volví a sentir como Giorgio Samsa el día que se convierte en cucaracha, pero la escuela fue mejorando. Mágicamente ya no reprobaba y ahora sacaba buenas calificaciones (relativamente), bueno menos en disciplina. Con gran apoyo del Director Sergio mi vida se fue perfilando del fracaso hacia algo más.

Pasa tercero de secundaria como cualquier otro año, ya no me siento parte de la mi generación vieja y ya se me ha quitado la vergüenza, desarrollo mi grupo de amigos que frecuento hasta la fecha y que digo, hasta una vez saque un 98 de promedio total en la boleta. Me voy dando cuenta, que poniendo un poco de atención y estudio se puede sacar la escuela, entro a los concursos de poesía y declaración y por lo general logro llevarme algún diploma, Que aburrido cuando los cambiaron a “Diploma de Participación”. Grata sorpresa que fue dar el discurso de graduación de secundaria, ¡si supieran que fui corrido de la misma escuela dos años antes!

Viene el momento de pasar a prepa y decido que mejor me voy a Estados Unidos, mi ingles era realmente malo y siempre había tenido ese gusano que te mueve a querer comerte al mundo. Hago mi primer año de prepa en otro idioma, llevando materias como Carpiteria o Coro, ¡Si pudieran ver la mesa que yo fabrique!. Llevo matemáticas en inglés y por suerte no la reprobé, redacción, física y literatura. Por suerte, perdidos en la traducción, me revalidaron el año escolar (que bueno, no podía perder otro más) y vuelvo a México, ahora si con otro idioma más, vaya si me fue util aprenderlo.


Tercera Parte

Y ya en prepa es cuando me siento especial, dicen que el primer año es el más difícil, cuando la gente baja el promedio y el filtro para los estudiantes, yo no sé, no lo viví.  Ya en segundo año de prepa la escuela empieza a tomar sentido, voy entendiendo para que estudiamos y los temas se vuelven cada vez más interesantes. La historia se vuelve más real y hasta literatura nos quieren dar (Que para ser sincero con los chistes de Orencio, era dificil aprender mucho). La física se vuelve de verdad, choques inelásticos y tiros parabólicos son la clases de ahora, y de química ni hablar nunca le entendí.  Sin mucho esfuerzo empiezo a lograr ino que otro 90 y 100, sin nunca entrar al cuadro de honor, empiezo a salir cada vez un poco mejor. Física y Matemáticas eran mis fuertes, mientras que Química y Biología eran las que me bajan el promedio, siempre habia una que otra que venían de por medio, esas la verdad se podían pasar más o menos sin esfuerzo.

Y en medio de clases y actividades, me doy cuenta de algo nuevo, que venía pensando desde que volví a mi propia escuela en secundaria. A la mejor y sí soy inteligente, desde hace cuatro años ni se me ocurría en reprobar y ahora, efectivamente, era yo el que te podía explicar algún tema de matemáticas, fisica o hasta de sociedad. Veía a mis compañeros batallar, por ejemplo: ¿Qué demonios es la Integral?, ¿De qué me sirve aprender a derivar? Y dándome cuenta que algunos de estos detalles yo los podía explicar, fui perfilando cual era el área en la que pensaba que me gustaria trabajar y estudiar.

Aun que ahora podía entender mucho más de la escuela sin batallar, tampoco crean que todo el tiempo me dedicaba a estudiar, con un 80 o 90 yo era más que feliz. Nunca fui por la excelencia, bajo el pretexto de para que la iba a necesitar (Ahora más bien creo que nunca la hubiera podido alcanzar). Termine con un promedio de 8.8, solamente contando los dos últimos años de prepa. ¿Algún tipo de mención? Claro, que no. Acabando la preparatoria fui postulando a las Universidades, y con eso me refiero al Tec de Monterrey.

Con un alto puntaje en el examen de admisión y un excelente resultado en el ceneval (siempre arriba del 10% del total), me vendí la idea de que era una persona inteligente, por lo menos más inteligente que el promedio, de mis compañeros de la preparatoria de mi ciudad. Podía entender bajo poca explicación y tenía el gran don de poder combinar las matemáticas y la parte de comunicación. Durante el primer año de la universidad, que todavía fue en mi ciudad, me di cuenta que la universidad se podía sacar, y claro lo mejor, sin tanto batallar.

Cuarta Etapa


Por suerte mi carrera no estaba completa en mi ciudad, y pues ni modo, me tuve que cambiar a otro nuevo código postal. Llegando a Monterrey creí que todo iba a ser igual, vamos a pasar la universidad y sin batallar. Que iluso soy, de verdad peor error no podía estar, el primer semestre fuera de la ciudad, casi vuelvo a la secundaria, reprobé una y las demás las pase por obra de las lágrimas y la actuación. El problema es que casi pierdo las becas, que de alguna manera logre conseguir, con la condición de ahora tener que salir bien después de navidad vuelvo a Monterrey.

Aquí es donde empieza la gran desilusión, ahora si empiezo a estudiar, no todos los días pero si antes de cada parcial, y ni hablemos del final. Con mucho esfuerzo y dedicación ya no volví, gracias a dios, a reprobar, bueno aunque cerca muchas veces si estuve. Pero si me costó mucho tiempo y dedicación, lágrimas, transpiración y una aparentemente muy mala alimentación.  Tras mucho, mucho estudiar, siempre había uno que salía mejor, que le entendía mejor y ahora a mí me tenían que explicar. En clases me perdía y hasta la fecha muchos diagramas, ni los logro descifrar.

Y entonces empiezo a entender: Ahora estoy en una de las mejores universidades del país, en una carrera poco fácil. Aquí vienen los más inteligentes de cada prepa, de cada ciudad. Alumnos becados de excelencia, otros con beca normal, muy pocos con colegiatura pagada 100% por sus papas. Y de repente me doy cuenta, “A la mejor y si era inteligente, pero en mi pequeña ciudad, en aquella prepa que pase sin batallar”

No me gradué con un mal promedio, saque un 87 % en la carrera de Mecánica Eléctrica, y quiero decirles que me costó cada punto porcentual. Con lágrimas y sudor logre pasar Vibraciones Mecánicas y al final, nomás reprobé una y fue en el proceso de adaptación. Eso sí, perdí mitad de mi cabellera, mi integridad y gane más de un kilo en el proceso.

Quinta Etapa

Terminando la carrera y por suerte obra celestial, logro entrar en la compañía que siempre quise y en un programa de gran calidad. Agarro mis chivas y me voy a Queretaro, tengo que aclarar que, no entre como un empleado normal. Entre a un “programa de alta calidad”, se llama Edison y se trata de preparar ingenieros con grandes habilidades en ingeniería y matemáticas. Llevábamos un curso muy demandante y que solamente con la ayuda de otros lo logramos pasar, y al verme rodeado de puro ingeniero de gran promedio y de muchas habilidades, estudiantes del Bi Cultural y de programas internacional. Al programa es muy difícil entrar, de algún modo me les logre filtrar. Lo digo de verdad: no sé cómo logre entrar.

Rodeado de ingenieros de toda la nación, dentro y fuera del programa, GE es una empresa que te pide promedio para poder entrar y ya no trabajas solamente con los de tu generación, aquí hay ingenieros de cualquier edad y de cualquier ciudad. Me di cuenta que a la mejor y no estaba tan mal, aquello que llegue pensé en la universidad. Ahora estaba con los más inteligentes de cada universidad y el pensamiento, ese, vuelve a llegar: “A la mejor era inteligente en aquella universidad, de esa gran ciudad, pero aquí entre los demás, ni hablar”

Pero aun así y al querer comprobarlo un poco más, me doy a la tarea de buscarme una maestría, para irme a estudiar a Europa. Como el CONACYT apoya a los programas de calidad, hago mi lista y me pongo a postular, un compañero de trabajo, ya se había venido a esta universidad, así que pues qué más da, nada se pierde en aplicar.

Hubieran visto mi cara ese día que abro el correo y leo la noticia de que me aceptó la universidad, y poco a poco me fueron aceptando unas cuantas otras más. Hasta lograr el gran número final de que podría entrar a cuatro universidades internacionales. El problema es ¿Quién las iba a pagar? , de verdad ya no podía exprimir más a mi papá.

Por suerte y lo recuerdo bien el 17 de mayo me dicen que tengo la beca para poderme ir a estudiar al extranjero, luego luego junto los papeles y postulo a dos convocatorias más. Válgame la noticia de que me voy con dos becas, así que hambres no iba a pasar. Y por un momento de nuevo me volví a sentir especial, como cuando estaba en prepa en mi hermosa ciudad.

Ahora estoy aquí en clase, ¡Tienen que verme con la cara de ¿WHAT?!, otra vez estoy volviendo a batallar, y mucho. Me estoy enfrentando a un sistema educativo, que no lo puedo comparar. Algo que en México nunca lo podía imaginar, sentí que estaba listo ya que pase el TEC ( y ahora si digo, sin tanto batallar), pase el EDISON y viéndolo hacia atrás, tampoco me fue tan mal. Y ese pensamiento, ¿qué les puedo decir?, un poco recurrente de nuevo ahí está.

Estoy estudiando en una Universidad Internacional, entre las mejores del mundo en Ingeniería, mis compañeros de clases son de todo el mundo y los mejores de su universidad, con un Summa Cum Laden ahora es mi compañero de equipo. Y de nuevo vuelvo a pensar: “Tal vez era inteligente en aquella empresa, en esa lejana ciudad, ahora rodeado de gente internacional, que pendejo me siento al reprobar”


Nunca fui el mejor en ninguna de mis clases, en ninguna de mis escuelas, o en mi programa, pero sigo probando límites y trabajando duro para lograr sueños y objetivos, y ahora qui estoy, a 9000 km de distancia dándome cuenta que a la mejor y si estoy en la verdad… Y realmente si soy un Pendejo de Aquella Pequeña Ciudad.



domingo, 8 de diciembre de 2013

Mesa Para Uno, Por Favor

Algo de lo que más me caracteriza como mexicano, y yo creo que un poco más como sonorense, es la necesidad de estar siempre acompañado, no hablo simplemente de una pareja sentimental, si no de no poder realizar actividades solo. Ir a cenar siempre implica un acompañante o ir al cine por lo menos con alguien más y si no es tu novia, mejor que sean dos o tres, ir dos hombres como amigos, ¡olvidate, vanpapu!. Salir a hacer las compras que siempre que sean con alguien más, claro es bienvenida otra opinión, es más y así hasta te pueden pasar la ropa hasta el probador.  Pero para nosotros hay cosas que podríamos ver mal; una persona en un restaurante comiendo sola o alguien que va a un concierto, al cine solo. ¡Dios que se consiga amigos! O ya de perdida un perro.  ¿Cómo, yo solo? Uff, solo ni a misa.

Y la verdad, es que siempre la compañía se agradece y es más divertido poder comentar las cosas con alguien cuando las estás viendo. ¡Qué mala película, pero, ¿cómo al final sobrevivió?! Por lo general se aprecian más las cosas cuando se pueden comentar con alguien en el momento. Es más emocionante poder decir “No puedo creer lo afortunado que somos que pudimos llegar a tiempo” a pensar hacia uno mismo “lo logre, llegue” aunque al final no tiene nada malo tampoco, es solamente un tiempo solo y es cuestión de agarrarle el gusto.

En mi ciudad natal nunca tuve problemas con esto, ya que afortunadamente uno de mis más grandes amigos y compañeros de escuela vivía a unos escasos 100 metros de mi casa, y se fue dando que siempre que tenía que salir, aunque sea al supermercado, pasaba por su casa a ver si estaba desocupado. “Acompáñame a dar unas vueltas” Y con el soborno de un cigarro ya lo tenía arriba del carro, aun qué dar unas vueltas significara las cosas más rutinarias, tales podían ser: Cortarme el pelo, lavar el carro, hacer el mandado o cualquier otra actividad, que siempre eran mejor hacerlas acompañado.

En la universidad también fue algo parecido (que bueno, ahora tienes roomies), ir al cine en grupo o ir a cenar con la banda o con los roomies nunca fue problema. Siempre había un compañero de escuela que no tuviera nada más que hacer y que con tal de llenar un poco de su tiempo libre, siempre estaba dispuesto a acompañarte, siempre y cuando que escucharas alguna de sus historias. Compartiendo gustos en común y sobre todo horarios muy parecidos, los sábados eran de comida china y ¿Por qué no? A la mejor y también los domingos.  Ir a Soriana Garza Sada por el mandado de la semana y después pedir comida para llevar, se volvió un poco de tradición y siempre había algún voluntario que iba por el raite de la comida. Pero te terminas graduando y todo va cambiando.

Pero el tiempo también va cambiando y con ello los gustos , algunos van desarrollando un gusto musical que a la mejor no se comparte con el resto del grupo, o un diferente gusto por películas y hablo de aquellas extranjeras que a pocos les gustan. Y entonces buscar acompañantes se vuelve más difícil, practicar algún deporte temprano por la mañana o de gran costo económico, se vuelve una pasión diferente de la de los amigos.  Y llega la gran pregunta ¿Ir solo? Separarme de mi camada y de mi grupo, se siente un poco como el pequeño Mowgli, en el libro de la selva, adentrarte en esa selva de concreto y atreverte a decir “Un Boleto por favor.”

Cuando uno se cambia de ciudad por trabajo (o escuela) no le queda de otra más que aprender a dominar este arte, claro tendrás compañeros nuevos de trabajo y conocerás mucha gente nueva, pero esa gente por lo general ya tiene una vida pre establecida, ya tienen esposa y algunos un par de hijos que demandan su tiempo libre. Sí buscar algo del gusto común, como ir a tomar un par de cervezas, se vuelve un reto complicado, olvídate ir a una obra de teatro o una película en el cine un martes en la tarde. Mucho menos si es  a un concierto de música clásica o pasar una tarde en el museo, ir a disfrutar una puesta de sol o salir un sábado a las 7 am para andar en bici.

En mi experiencia me costó mucho acostumbrarme a esto de estar solo, y digo que me costó pero la verdad es que me sigue costando, ¿para qué cocinar algo rico si nomas es para mí?, yo aprendí de mi tía que la comida es para compartir, ¿comó ir al cine y sentarme en un lugar solo?. O peor ¿comó ir a un restaurante y con la pena del mundo decir que no estoy esperando a nadie más? ¿Por qué le tenemos tanto miedo a andar solos?. ¿Tendrá algo de malo andar por el mundo como un lobo estepario? Tendré que solo entrar a lugares con un letrero colgando que diga “Teatro Mágico, No entrar, Solo para Locos”.

Pero pasa el tiempo y pasan los kilómetros, ciudades, estados y ahora hasta continentes, y te das cuenta que estar solo no siempre tiene que ser algo malo, también puede tener sus ventajas, ¿Quién te conoce mejor que tú mismo? Y si haces cosas que disfrutas ¿por qué preocuparte por estar acompañado?, si ir al concierto es algo que quieres hacer y tu gusto o el costo no lo vale para alguien más, ¿valdrá más la experiencia de vivirlo a superar el miedo de hacer cosas solo? Ir al cine y encontrar un lugar bueno siempre es mas fácil cuando no se tienen que buscar muchos asientos, y esos huecos son fáciles de llenar.

Creo que es importante aprender a disfrutarse y a disfrutar la soledad, abrazarla y acariciarla, saber que no es algo sacado del infierno de Dante o que significa que vayas a estar por la vida con una marca como Caín en la sien, que probablemente sea algo momentáneo o a la mejor, quizá, algo permanente (así que hay que volverse bueno en eso). Y no significa, realmente, que estemos solos o que sea triste o deprimente. Es que estamos aprendiendo a disfrutar las cosas que nos gustan por nosotros mismos, sin la necesidad de aprobación o de compañía. Ya habrá momentos de disfrutar en compañía, en amistad o en familia. Una carne asada en grupo y todos ir a ver esa pastorela.

Quedarse un sábado en la casa, hacerte una excelente cena y tomar una buena cerveza, prender la tele y poner una divertida comida, puede ser un gran plan de noche. Un tiempo contigo mismo y aprender a disfrutar estando solo, hasta te puede ayudar a disfrutar más cuando estés con alguien.

Y no me entiendan mal, hacer las cosas acompañado es genial, y de verdad hasta se puede disfrutar, un poco, más que hacer las cosas solo (¡ojo!, pero no siempre). Y lo que pasa es que no es fácil tener a la mano a alguien para hacer las cosas que te gustan, o la disponibilidad de tiempo o las ganas de estar con alguien y en mi experiencia, últimamente, para ser feliz hay que hacer lo que a uno le gusta más seguido. Aunque eso implique aprender a pedir una mesa; solo para uno.



Cuéntame, que me encantaria leerte, que es la mejor experiencia que has tenido y que la tuviste que hacer solo.